Un niño de seis años se salvó de caer ocho pisos gracias a que sus orejas se trabaron en las rejas del balcón en la provincia china de Hubei.
Se hubiera precipitado hacia una muerte segura si sus orejas no se hubieran trabado en los barrotes. Los vecinos escucharon los gritos del joven y los bomberos lograron rescatarlo.
El abuelo de Ming Ming lo había dejado durmiendo en la vivienda y al parecer el niño despertó y al buscar a su abuelo cayó por la ventana. Al ser tan pequeño, su cuerpo logró deslizarse entre los barrotes de la reja de protección pero sus orejas se trabaron milagrosamente.
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